SÁNCHEZ DATO: LA PUESTA EN PINTURA DE LA VOZ.

«Desde la palabra»

María Joaquina Sánchez Dato

Museo Cristo de la Sangre

11 de junio – 10 de julio 2024

María Joaquina Sánchez Dato constituye uno de los exponentes más genuinos de la Región de Murcia de aquello que, durante la década de 1980 y 1990, se denominó la “pintura-pintura”. En un contexto como el actual, en el que lo pictórico se ha convertido en un metalenguaje que requiere de hibridaciones y de concreciones impuras para autojustificarse, la obra de Sánchez Dato emerge como un honesto acto de fe en las posibilidades de la pintura. Cada uno de sus cuadros manifiesta un estado de madurez que garantiza el reposo necesario para extraer de la mancha y el color todo su potencial expresivo. No existen en ellos artificios ni recursos espurios que desvíen al gesto pictórico de su plena realización.

Desde la palabra -la exposición que Sánchez Dato presenta en el Museo Cristo de la Sangre- supone ya, desde su título, una sugerente propuesta en la que investigar una relación tan fructífera a lo largo de la historia del arte como la establecida entre la pintura y la literatura. La colección de obras que la conforman parte de la lectura de autores tan diversos como Cervantes, Eduardo Mendoza, John Berger, Rilke o Lajos Zilahy. Pero, en contra de lo que se pudiera pensar, la conexión que Sánchez Dato facilita entre texto y pintura no se basa en la voluntad de convertir la imagen en una mera ilustración de determinados pasajes literarios. Como se acaba de indicar, el título de la muestra –Desde la palabra– supone una meridiana declaración de intenciones sobre lo que el espectador se encontrará en cada una de las piezas. La clave depositada en él es la preposición “desde”, que, etimológicamente, remite a un “punto de procedencia”. La palabra determina un origen, no un final; el lenguaje pictórico no queda, de este modo, atrapado en sus límites, sino que, por el contrario, se desarrolla fuera de ellos, en una exterioridad en la que puede expresarse sin restricciones. De hecho, “desde” viene del latín “de ex de” –“de fuera de”-. Atendiendo a ello, la pintura de Sánchez Dato procede de la palabra pero vive fuera de ella. Su principal particularidad es conservar la huella de lo escrito en un territorio en el que lo textual ha perdido su condición hegemónica y, por lo tanto, no disciplina el gesto pictórico. En tanto que origen, la palabra no determina el destino de la pintura; la autora la utiliza como un margen para imaginar en lugar de como un condicionante en el que encapsular las posibilidades expresivas.

Para comprender mejor esta exterioridad de la pintura con respecto a la palabra-origen en la pintura de Sánchez Dato, es necesario reflejar el proceso que media la relación entre gesto pictórico y texto. El estimulo que la autora obtiene de la escritura viene de la lectura en voz alta que realiza su marido de cada libro -es decir, que entre la palabra escrita y la marca pictórica habita la voz de un tercero.  A diferencia de lo argumentado por Derrida -para quien el “fonocentrismo” constituía la base del inmovilismo de la metafísica occidental y la palabra escrita aportaba el margen hermenéutico y de contingencia para romper con el mito de la presencia-, Sánchez Dato utiliza la intermediación de la voz para alejar la tentación del ejercicio mimético de la palabra. La voz abre una brecha, genera una distancia que ella utiliza como el referido “margen para imaginar”. Cualquier lectura implica de por sí una interpretación; pero la lectura en voz alta de un texto, por parte de un tercero, entrega la palabra envuelta en una espesura hermenéutica que transforma el origen en un trayecto fluido, ligero, altamente maleable.

En rigor, aquello que Sánchez Dato materializa en cada obra es una puesta en pintura de la voz. Si la palabra escrita identifica una figura, una escena, la palabra hablada contribuye a su desfiguración. Una de las señas de identidad de las piezas que integran Desde la palabra es precisamente la disolución de la realidad concreta en una amalgama de manchas que obligan al espectador a completar la imagen. La figura se ofrece en el trance su transformación, de su renuncia a la univocidad del contorno. Resulta interesante apuntar, en este sentido, cómo Sánchez Dato logra dotar a la materialidad del gesto y del empaste con un dinamismo que traduce la variabilidad de la voz, del sonido. La transición desde lo figurativo a lo abstracto traduce el desplazamiento desde lo textual a lo fonético, desde lo impreso a lo oral. Esta pintura fonética de Sánchez Dato se articula, en consecuencia, como el lugar de acogida de lo contingente que reside en la voz; lo que ella nos muestra es la vida de la palabra más allá del determinismo de lo escrito. Conforme la palabra se aleja de sí misma en su ser hablada, la pintura crece en la forma de una encarnación del sonido.

Pedro A. Cruz Sánchez

   

Presentación de la exposición «Desde la palabra» el 11 de junio de 2024.

La presentación corrió a cargo de Pedro Alberto Cruz, comisario de la exposición y director del museo Cristo de la Sangre y de María Joaquina Sánchez Dato, autora de las obras.